Sin duda, un elemento clave de las tradiciones y costumbres mexicanas son los platillos que las acompañan. Un ejemplo de ello es el Dulce de la Virgen, un postre originario de Jalisco que ha deleitado el paladar de los tapatíos por varias generaciones.
También conocido como Turrón Rosa, se trata de un postre tradicional de las fiestas religiosas de Jalisco, que se caracteriza por su color rosa brillante, su sabor entre dulce y ácido, así como su textura chiclosa.
Este postre es vendido en puestos ambulantes en las calles de Jalisco, por lo que se necesita preparar grandes cantidades del mismo. Cada bloque de turrón mide un metro de cada lado y posee un grosor de aproximadamente cinco centímetros.
Si bien los ingredientes con los que se prepara el Dulce de la Virgen son bastante accesibles, lo realmente difícil es su elaboración. Las personas que se encargan de prepararlo pueden pasar varias horas frente a un cazo cuidando la cocción de la mezcla para asegurar que no se queme y se eche a perder.
Una vez que el turrón alcanzó el punto perfecto, se saca del fuego y se deja enfriando sobre una plancha de cantera. Posteriormente se cuelga de un tubo para poder estirarlo una y otra vez. Cabe mencionar que el turrón al salir del fuego es color rojo y gracias a este estiramiento es que adquiere su color rosa tan distintivo.
Sin duda alguna, la combinación perfecta entre dulce y ácido hizo que el Dulce de la Virgen se convirtiera en un favorito en la región de Occidente. En tu próxima visita a Guadalajara no puedes dejar de probarlo y deleitarte con su sabor excepcional sabor.
redacción
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