La última experiencia en La Bohême había sido bizarra.
El contexto: La Bohême es una delicia en cualquiera de sus apartados.
Pero como suele suceder hay días en donde el horno no habla. Probablemente nos tocó ese día.
Regresamos hace poco a La Bohême....somos fans de ellos. ha!
Et voila!
El sabor, la magia y las delicias del lugar en su punto.
Y parafraseando a cierto personaje célebre...los sabores hasta el infinito y más allá.
Oh sí!
Arte en repostería; y el proyecto de 3 amigos emprendedores toma forma y gusto en La Bohême. A manera artesanal francesa; y ahora con la modalidad Bistró.
La degustación fue a media tarde...el apetito y el gusto diferente a un humor mañanero, pero en el Bistró el acomodo de sabores quedó a la perfección...sólo nos faltó la petanque para acompletar el feel
El primer asalto fue al sándwich Le Bagnat. Sándwich mediterráneo con atún bagnat, con jitomate, cebolla, pimiento, lechuga al que el huevo cocido le da un carácter único y sorprendente. La integración en este sándwich de huevo con atún es maravillosamente exquisita.
Repetimos el panino español y el resultado fue lo que aquella vez tendría que haber sido: genial!!!
Ahora, lo fue. Panino con jamón serrano, queso azul, jitomate y mozzarella. D-e-l-i-c-i-a.
La Bohême estrena espacio en Polanco y no dudamos que la opción en uno de los corredores gourmets más conocidos de la Ciudad de México sea bien acogida. Tienen el modo y el cómo.
Después del panino era obligatorio probar Les Quiches. Y golosos como somos probamos dos: el provenzal y el mexicano. Sin exagerar. Nos podrían matar después de haber probado estos dos quiches. Están fantásticos!!!
El provenzal: Quiche del sur de Francia con ratatouille (jitomate, berenjena, calabacita, pimiento, cebolla y romero) y queso mozzarella.
El mexicano: Inspirado en sabores mexicanos. Y vaya que la inspiración les sirvió. No deben dejar de probar especialmente este. Flor de calabaza, maíz blanco, queso cotija y chile poblano.
La opción durante todo el menú fue para nosotros el agua del día, que en este caso fue de horchata. Y la particularidad aquí fue la siguiente: un agua de horchata con un nivel de azúcar menor al habitual.
Montaje de los sándwichs
Pero esto además de agradecerse tiene toda la intención. Es muy común aquilatar el agua de horchata por la cantidad de azúcar (o lo dulce de ella) que contiene. En La Bohême es un gran acierto reducir esa azúcar en sus aguas frescas. Al hacer esto permiten no sólo los beneficios en la disminución de los azucares sino también un contraste maravilloso entres sus platillos y los líquidos a degustarse en ese pequeño maridaje de Bistró y aguas frescas.
Magnifica opción la reducción de azucares.
Y es más evidente en el cierre de la degustación.
En la parte final Les pains perdues de frutos rojos.
Pan francés con pan de baguette, mezcla de frutos rojos de temporada y crema de chantilly.
Pain Perdus
¿Recuerdan esa reducción de azúcar durante toda la degustación? Aquí es dónde se agradece tal posibilidad y elección. Postre ligeramente azucarado permitiendo un balance exacto entre los frutos rojos y un café americano que nos permitía cerrar el paraíso en la tierra de manera ideal.
La Bohême por su excelente manejo de sabores e intenciones tendrá durante mucho tiempo nuestras preferencias.
Pero no nos crea. La mejor opinión es la de usted. Visítelos en cualquiera de sus espacios. En la Roma o en Polanco y cuéntenos que le parece nuestra sugerencia.
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