martes, 23 de octubre de 2018

Cocina de cantina. Salón 16

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Chamorro

Uno de los lugares más emblemáticos y entrañables en el adn de los mexicanos es sin lugar a dudas la cantina. Aún más especial que la cantina: el pulque.

Sí en tiempos actuales juntáramos ambos; aquello sería el paraíso.

Para fortuna nuestra Salón 16, en Independencia #19, presenta la simbiosis perfecta.

Salón 16 presenta un discurso culinario plagado de excelsitud: Cantina, cocina de cantina (de la mejor hechura y mejor degustación), barra de bebidas espectacular y un servicio al cliente inmejorable y dicharachero; plagado de conocimiento y picardía. La belleza del lugar no reside sólo en el espacio en sí. Salón 16 presenta un entorno plagado de arte. Sí. Esa tradición no escrita en la historia de las buenas cantinas siempre incluye arte.

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Y en ese integral sensorial la columna vertical es el bendito pulque. El Maestro pulquero residente en Salón 16 (Fausto Villanueva) dedica su día a día al buen cuidado y preparación del pulque. Y en ese cuidado y dedicación su trabajo enamora. Sabiendo de antemano la importancia del buen cuidado en el tratamiento y preparación del pulque el Maestro Villanueva nos ofrece, de entrada, un tasting con los diferentes pulques del día. Los curados del día pueden ser diferentes y pueden ser parte de la fruta de temporada. El natural jamás debe de faltar y el Maestro Fausto lo sabe, es la mejor manera para identificar el quién es quién en la preparación de la bebida de los dioses.

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La temperatura de servicio del pulque es perfecta y los grados de alcohol en él no sobrepasan los 2°. Eso nos permite sentir la cálida bienvenida del lugar. Con ese tasting (que es opcional, se puede decantar uno por los diferentes destilados o cervezas que ofrecen en la cantina) encauzamos nuestro paladar a los diferentes platillos de la carta. Las sugerencias del servicio y los recomendados siempre se agradecen cuando provienen de gente tan capaz. 

Nosotros, después del tasting (probamos: mandarina, piñón, natural y vino), nos quedamos con el preparado en vino (tempranillo del Valle de Guadalupe). Bajo esta luz iniciamos con unas tostaditas de pata (3) y lo sabemos, la preparación de la pata, es delicada, no en todos lados encontramos una que valga la pena recordar, la de Salón 16 de inmediato se ha quedado entre nuestras favoritas.

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Tostadita de pata

Seguimos con un par de quesadillas de jamón con queso que son lo suficientemente entretenidas para llegar al plato principal. Y podría parecer poco como entrada pero créanme, las porciones en todos los platillos de Salón 16 son generosas. Añádanle la bebida de su preferencia como acompañamiento y tendrán un camino harto agradable hasta la aparición del plato fuerte. Nosotros, cómo ya comentamos nos decidimos por el pulque de vino y justo al pasar al plato principal lo cambiamos al pulque natural.

La razón del cambio fue sencilla: Cabrito. Sí señores y señoras. Un cabrito al horno que se derretía en el paladar, con un crocante en superficie que realmente no esperábamos encontrar. La hechura y servicio a la mesa del cabrito nos dejó con la boca cuadrada. Servicio de corte en mesa impecable. A estas alturas de la degustación era evidente que nos costaría trabajo salir del Salón. Estábamos más que felices. Pletóricos. Cabrito y pulque natural. Magnífico.

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Sopecitos de tuétano

Y dando tiempo al tiempo, el placer de la buena comida en Salón 16 nos llevaba al siguiente tiempo. Adoración de muchísimos: el postre.

Salón 16 nos atrapa de lleno con dos postres. Sí. Dos en esta ocasión.

Una selva negra y la súper sorpresa que jamás esperaríamos encontrar en una cantina: pan de muerto. Y no cualquier pan de muerto. Una delicia de pan que dicho-sea-de-paso, rápidamente se ha posicionado entre los comensales habituales del lugar.

Sin caer en las extravagancias habituales tan de boga, el pan de muerto de Salón 16 es único y maravilloso. Tienen, junto a Testal (sitios hermanos) 4 estilos:

Natural: Barnizado con mantequilla, azucarado y sin ningún tipo de relleno.
Nata montada: Crema, azúcar y nata que en conjunto ofrecen una textura diferente.
Dulce de calabaza y crema de queso: Se prepara con jugo de naranja, un toque de canela y un poco de miel. Este pan busca ser la mejor opción para quienes quieren experimentar un sabor artesanal.
Nata natural: Sin crema montada, se presenta en sabores como azúcar y nata.

Nosotros cerramos nuestra maravillosa a Salón 16 con el que tiene dulce de calabaza y crema de queso.

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Pan de Muerto

No había mejor manera de celebrar nuestra visita al lugar que honrando de esta manera a los dioses de la buena cocina y los dioses de la buena cantina.

Salón 16 es un must para cualquier amante de lo buena cocina.

Independencia #19 colonia Centro Histórico
06050 Ciudad de México


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