
Se estrenó en México la última película de Ridley Scott: House of Gucci (La Casa Gucci) y lo que podría haber sido tremendo peliculón se queda en una opereta a todas luces ridícula.
Aburrida y tediosa.
Tom Ford (interpretado por Reeve Carney) es puntual y directo: "Me sentí como si hubiera vivido un huracán cuando salí del teatro. ¿Fue una farsa o una apasionante historia de codicia? A menudo me reía a carcajadas, pero ¿se suponía que debía hacerlo?", escribió el diseñador en el diario Air Mail.