
Fijo en el recuerdo tengo aquella ¿noche?, ¿madrugada?, ¿amanecer? en la que, como loquito, me dispuse a correr lo que en ese entonces tenía como rutina de ejercicio.
Tan obsesionado estaba por ejercitarme en esa época que sin importarme nada- ya había programado en mi cabeza que después de las actividades del día (estábamos de gira y la gira ya llevaba 2 meses corriendo) - haría ejercicio.