Siempre se puede recurrir a cualquier cosa: con los dedos, con un papel, directo a la boca, sobre la bolsa, sobre el plato; para comer a pie o de prisa no hay pero que valga. Comer es lo que apremia.
Pero si eres mamuco como yo; llega el momento en el que por fuerza necesitas lo mínimo necesario: una cuchara y un tenedor. Jodido pero con catego.
Por angas o mangas, en el trajín diario, no me había dado la oportunidad de incorporar esos utensilios en mi bolsa de todos los días.
Pero esta solucionado. Y de bella manera. Para ese tentenpié, el artículo bonito de ocasión. Un pequeño estuche con cuchara y tenedor.
Voilà! estamos listos capitán! estamos listos!!
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