5 razones para maridar el vino con un taco al pastor.
Te explicamos por qué los sabores del taco al pastor se vuelven más intensos a la hora de combinarlo con una copa de vino tinto o blanco
“Cada vez comprendemos más que el vino tiene propiedades tan nobles que es posible combinarlo con prácticamente cualquier alimento, sobre todo con la comida mexicana, tan rica en aromas y sabores”, asegura Alberto Verdeja, winemaker de Casa Pedro Domecq
No hay nada más democrático en México que un taco: cualquiera puede comerlo sin importar su edad o nivel socioeconómico. De pastor, carnitas, barbacoa, guisado o sal. Su versatilidad única lo ha convertido en el mayor símbolo culinario del país.
El de pastor, sin duda, es la joya de la corona. Por algo la prestigiada lista Taste Atlas lo consideró el platillo más rico del mundo. ¿Pero te has puesto a pensar que ese taco que viene directo del trompo sabría más rico con una copa de vino?
Te explicamos por qué este maridaje resulta tan fresco y delicioso a través de Alberto Verdeja, winemaker de esta empresa española con más de 200 años de experiencia en el sector de vinos y destilados.
1. Los sabores se integran
Quizás estás acostumbrado a la vieja confiable: una orden de tacos con un refresco bien frío o un agua fresca. Pero es momento de probar cosas nuevas.
Contrario a lo que mucha gente cree, las especias del pastor (comino, tomillo, pimienta blanca, pimienta negra, mejorana) se integran perfectamente con las propiedades del vino tinto. Esto hace que el paladar perciba una explosión de sabores que no chocan entre sí, lo cual hará que tu experiencia al comer sea más placentera y orgánica.
2. La grasa está a tu favor
A todos nos pasa: a veces no queremos cenar tacos porque “son muy grasosos”. ¿Pero sabías que si los combinas con un vino esta grasa se neutraliza? No es que desaparezca la grasa: sólo es una cuestión de percepción.
“Vamos a pensar en que la grasa hace un barrido con la parte tánica del vino, es decir, que la astringencia típica del vino hace que, en tu boca, el taco se sienta y sepa distinto”, observa Verdeja.
Recordemos que los taninos son una propiedad organoléptica que tienen todos los tintos. De hecho, los sabores astringentes siempre dejan una sensación de sequedad y amargor. Y si tomamos en cuenta que un taco al pastor es jugoso por su marinado, beber un tinto “neutraliza” esa sensación de que está “grasoso”.
3. Es menos pesado
Sobre todo en fines de semana, se ha vuelto un “must” cenar tacos con unas cervezas. Sin embargo, la sensación, al final, siempre es la misma: una pesadez inmensa por comer granos. El maíz de la tortilla y la cebada de la cerveza pueden ser un combo complicado. Y si consideramos que la mayoría de las cervezas industriales también contienen jarabe de maíz, la cosa se pone peor.
Por eso, para no sufrir ese “mal del puerco” tan molesto, un vino puede ser la solución. Al estar compuesto por agua, glucosa, fructuosa y uva, así como todos sus componentes, resulta mucho más ligero que una cerveza.
4. La carne sabrá mejor
Toda la carne al pastor está hecha de cabeza de lomo de cerdo, una pieza que se caracteriza por su suavidad y jugosidad. Esto es motivo suficiente para que te animes a pedir un vino blanco, que es ideal para maridar con carnes magras y quesos delicados.
5. Por el puro placer de transgredir
Durante mucho tiempo, el taco fue relegado de la alta cocina internacional; se le consideraba una comida básica y de baja complejidad. El vino, por su parte, por muchos años fue considerado una bebida sofisticada y solemne que sólo podía beberse en ocasiones especiales y, peor aún, que sólo era consumida por personas maduras o por los estratos socioeconómicos más privilegiados. Afortunadamente, ambas percepciones son erróneas y poco a poco desaparecen. Hoy se sabe que nunca es mal momento para beber una copa de vino y que el taco es el mejor platillo del mundo, ya sea en un restaurante o en un puesto callejero.
redacción
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