Leche de cabra recién ordeñada, bronca pues, saborizante (fresa, chocolate o vainilla), café, azúcar y el ingrediente supremo: licor de caña del 96°.
Por muy extraño que pudiera parecer, el pajarete es una delicia y por las mañanas, en las rancherías o en las localidades cercanas a ellas es posible saborear esta bebida.
Existe una versión de este pajarete que se vende cerca de las escuelas de los pequeños. Sólo que esta versión no incluye el licor de caña. Por obvias razones.
San José de Gracia tiene la fortuna de contar con el Rancho Los Pajaretes. Ellos también ofrecen otros productos: Leche y queso artesanal, cajeta y dulces de cabra, cabritos en pie y abono para plantas.
Los beneficios de la leche y queso de cabra son muchos:
Bajo en lactosa
Grasa saludable (no saturada)
Rico en ácido fólico
Rico en hierro
Alto contenido nutricional
Fortalece el sistema inmunológico
Favorece la circulación (ácido úrico)
El pajarete no es, para nada, una moda. En el caso del que se ofrece en Aguascalientes tiene sus raíces en Los Altos de Jalisco. Evidentemente compartimos mucha tradición y es normal que las migraciones adecúen sus modos y costumbres. Cuanto más sus sabores.
El pajarete no es una bebida para brindar en las fiestas, beber “de Hidalgo” en una cantina o degustar en algún bar especializado. Esta bebida es el desayuno de muchos campesinos o gente a pie, quienes lo toman en ayunas, como si fuera un licuado, antes de la jornada laboral.
Pero la modernidad hasta cierto punto nos ha permitido algunas ventajas. Dentro de lo que cabe, es posible ver a los vendedores de pajarete montados en sus triciclos de venta. Cargados con la leche fresca, recién ordeñada y los aditamentos necesarios para preparar la bebida. Que además no es nada cara. $15 el vaso grande y $5 el vaso chico.
Lo bello de esto es que sí bien no podemos tener el pajarete en todos lados (por evidentes razones) sí podemos, en nuestra próxima visita a Aguascalientes y sus pueblos mágicos, darnos una vuelta por San José de Gracia y disfrutar de la delicia llamada Pajarete.
Por las mañanas y disfrutando el paisaje... ¿Qué más se puede pedir?
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