El café yemení es considerado uno de los mejores del mundo, rodeado de una gran tradición e historia, la cual se remonta al siglo XV, cuando llegó proveniente de Etiopía, donde era la bebida más popular del mundo islámico y se le conocía como “El vino del profeta”.
El café de Yemen, después del etíope, es el más antiguo del mundo, el cual se exportaba desde el puerto de Moka, el más concurrido de aquella época y considerado como la principal ruta marítima del mundo árabe.
La relación del café yemení y de México se remonta siglos atrás. La primera incursión ocurrió con la llegada de unos granos al puerto de Veracruz, provenientes de Cuba; la siguiente se relaciona con el general José Mariano de Michelena, quien fue presidente interino de México de 1822 a 1824, entre el primer Imperio y la primera República.
Cuenta la historia que años antes de ocupar este cargo, Michelena tuvo que abandonar el país porque se descubrió la conspiración de Valladolid, de la que formaba parte. Durante su exilio visitó Europa y la península arábiga, particularmente Yemen, de donde trajo granos de café, los cuales terminaron en Uruapan, Michoacán. Esto significa que hay herencia genética y cultural de este país árabe en el café michoacano, que destaca por su calidad y sabor.
También se pueden encontrar cafés solubles artesanales, accesorios e instrumentos para su preparación, literatura, catas y otras actividades con una mirada fresca para entender más sobre la cultura de esta bebida.
redacción
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