Descubre el arte de ser un torcedor de Habanos
En el mundo del tabaco de lujo, hay una experiencia que trasciende el mero acto de fumar: el arte de ser un torcedor de Habanos. Todos los Habanos se hacen totalmente a mano, de la misma forma en que históricamente se han confeccionado en Cuba, por los Torcedores y Torcedoras, cuyas experimentadas manos no pueden ser igualadas por alguna máquina.
Actualmente, más del 50% de torcedores en Cuba son mujeres, esto se debe al detalle y precisión que ponen en cada vitola. Aunque hay cuatro categorías de Torcedores, solo al de mayor categoría se le permite confeccionar los Habanos de mayor tamaño y complejidad. Tal es el caso de Yuneisy Gómez, Maestra Torcedora, quien inició su carrera en enero de 1993.
“Decidí ser Torcedora fundamentalmente por la tradición familiar, pues mi papá y hermano mayor laboraban en la fábrica y desde pequeña visitaba el lugar. Además, me llamaba la atención el nivel de concentración que mantenían los torcedores, pues se apreciaba el deleite, la motivación y el disfrute durante el desarrollo de la actividad”, comentó Yuneisy.
En un día, un Torcedor, puede elaborar entre 60 y 150 Habanos, dependiendo del tamaño y la complejidad de su forma. Esto debido a que deben agrupar las hojas de la tripa, doblar y alinear cada hoja para asegurar el ininterrumpido paso del humo en el Habano terminado.
Yuneisy, también agrega que un Torcedor no solo debe tener un buen desempeño al momento de elaborar diferentes formatos de vitolas bajo grandes estándares de calidad establecidos, sino que también deben contar con habilidades como la destreza manual, conocimiento de las diferentes variedades de tabaco y desarrollar el sentido del gusto y olfato.
Para la Maestra Torcedora, los Habanos han tenido un gran impacto en la cultura y el arte, pues constituyen un ícono nacional por representar la artesanía, la tradición y la excelencia del país. Asimismo, menciona que los Torcedores de Tabaco Premium forman parte del arte, ya que su destreza y dedicación ha sido plasmada en pinturas, esculturas y fotografías por varios artistas.
“Para mí, Habano significa, la cubanía, el arte, la tradición, y la cultura de nuestro país, forman parte de nuestra identidad nacional, los cuales son reconocidos en todos los rincones del planeta”, añadió.
Ser un torcedor de Habanos va más allá de la destreza manual. Es un compromiso con la excelencia, un viaje de autodescubrimiento y una conexión con la historia y la cultura de Cuba. Cada vitola enrollada es una expresión de la rica herencia tabacalera de la isla, una historia contada a través del humo aromático y la suave brasa.
redacción
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