Conoce los efectos de los agroquímicos en la salud y el medio ambiente
La agricultura comenzó hace unos 10,000 años y siempre fue de manera orgánica, ya que los abonos eran de origen vegetal o animal sin empleo de fertilizantes químicamente formulados, estimulantes de crecimiento, antibióticos o pesticidas. Los agroquímicos se crearon en el siglo pasado siendo los más comunes pesticidas y fertilizantes, dando pie a lo que hoy conocemos como agricultura industrializada.
Uno de los agroquímicos más común en los últimos años es el glifosato, ya que tiene efectos negativos tanto en el organismo de quienes los consumen como en el medio ambiente. Entre las consecuencias en los seres humanos podemos destacar las siguientes:
Incrementa el estrés oxidativo y aumenta la inflamación sistémica.
Es un disruptor hormonal y provoca problemas de reproducción.
Debilita el sistema inmune, lo que permite que cancerígenos y patógenos se filtren en el cuerpo.
Perjudica funciones cerebrales y da pie a desórdenes neurológicos.
Está relacionado con enfermedades de los pulmones, hígado y riñones.
Está relacionado con desórdenes del sistema nervioso.
Está relacionado con el desarrollo de Parkinson en ancianos.
Desafortunadamente lavar los alimentos no quita los pesticidas, ya que se absorben desde la tierra y se encuentran dentro de la planta o fruto y aunque está regulada la cantidad de pesticida que puede contener un alimento, no está regulada la cantidad de pesticidas diferentes que puede contener el alimento.
Otra práctica común, que agrava esta situación, es que el glifosato no sólo se aplica a los cultivos, sino que la mayoría de los granos están rociados con pesticidas al final de su cosecha para madurarlos y secarlos rápidamente y de manera uniforme.
Y no es solamente eso, los pesticidas no se quedan en donde se aplican sino que viajan en el viento, en los ríos y aguas subterráneas, y océanos. Contaminando ecosistemas y envenenando peces, aves, y fauna silvestre.
Los pesticidas nunca serán la solución al cambio climático y necesitamos reducir su aplicación para poder empezar a sanar los suelos. Tampoco son necesarios para cultivar ni combatir enfermedades, ya que, si bien pasar de una tierra sin vida a una tierra fértil puede tardar años, no es imposible, sobre todo si nosotros, como consumidores, hacemos nuestra parte comprando productos orgánicos.
Mientras crece la agricultura industrializada de monocultivos de gran escala, los pequeños productores están desapareciendo cada vez más. Es por esto que nos es fundamental mencionar los efectos negativos tanto en la salud de quienes los consumen, así como en el planeta y la importancia de seguir promoviendo la alimentación orgánica y el cuidado del medio ambiente.
redacción
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