Las “Power Nap” de no más de 20 minutos te ayudan a recuperarte, estar más alerta y ser más productivo durante el home office.
Dormir es una de las actividades más satisfactorias que podemos realizar, pero ¿es válido dormir en horario laboral? te decimos por qué esto podría ser una buena idea.
Sabemos que, para muchos, tener una sala de descanso en sus oficinas como lo tienen los grandes corporativos de Google o Facebook es un sueño difícil de concretar; sin embargo, la pandemia ha dado la posibilidad de cristalizar ese sueño, al menos mientras continúe el confinamiento.
En tiempos normales, el “mal del puerco” era una batalla que se peleaba en casi todas las oficinas del país por guerreros satisfechos después de comer, sin embargo, en la cuarentena este mal perdió seguidores para dar paso a nuevas prácticas como siestas clandestinas que muchos niegan, pero que sin duda toman en horario laboral.
Estas siestas clandestinas, por lo general ocultas bajo argumentos como: “estaba cargando el teléfono, no vi el mensaje, mi internet está fallando o estaba en una llamada”, son parte de la nueva realidad y el home office que muchos siguen haciendo.
Siestas que los jefes deberían agradecer
A causa del confinamiento, muchas personas experimentan momentos de depresión, tristeza, enojo, incertidumbre y estrés, los cuáles repercuten en la cantidad de horas que dormimos, pero también, en la calidad de sueño, así que no es de extrañar que en estos tiempos sintamos más sueño de lo habitual.
Para identificar que está pasando con el sueño de las personas durante la cuarentena, la Facultad de Medicina de la UNAM en colaboración con Universidad Veracruzana e investigadores de Colombia y Costa Rica realizaron un estudio para conocer las condiciones de sueño a más de 5 mil personas de 27 países de Latinoamérica entre el 4 de abril y el 22 de junio de 2020.
Uno de los resultados más sobresalientes de esta investigación es que las personas cambiaron sus hábitos de sueño y se están acostando y levantando más tarde de lo que habitualmente lo hacían, lo que les ha provocado “arrastrar sueño” por varios días e incluso bajar su productividad laboral.
Se estima que en condiciones normales (salir de casa para ir a trabajar) un sueño no reparador generaba un impacto en el ausentismo laboral de 1.4 a dos veces más frecuente en trabajadores con insomnio.
El panorama con la pandemia ha cambiado porque si bien, los trabajadores no reflejan ausentismo físico, se presenta bajo rendimiento laboral que afecta en las actividades laborales, por ello, tomar alguna de estas siestas clandestinas, podría ser la mejor opción para mantener un buen rendimiento mientras se trabaja desde casa.
¿Por qué la falta de sueño impacta en el rendimiento laboral?
Especialista de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM señala que dormir mal o poco afecta el rendimiento en el trabajo.
El insomnio, los síndromes de sueño insuficiente, la apnea e hipopnea son los más frecuentes entre la población mexicana y aquellos que los padecen presentan alteraciones en la memoria verbal, aquella donde se almacena información numérica, memoria alternativa que son recuerdos de conocimientos adquiridos o personales, además de presentar microdespertares que provocan que no llegue oxígenos a los pulmones, cerebro y al cuerpo, lo que afecta significativamente al rendimiento.
Estos síntomas se traducen diariamente en las actividades laborales como falta de atención a las actividades, distracción, errores constantes, dispersión y más. Sin embargo, el estar en casa abre la posibilidad de adoptar prácticas que en situaciones normales no se podrían hacer en la oficina como le es tomar una siesta.
El poder de “echarse una pestañita”
En esta nueva normalidad, si por alguna razón no duermes bien la noche anterior, lo mejor que puedes hacer al otro día será tener una “Power nap” que te ayude a sentirte descansado, alerta y con ánimo para realizar tu trabajo.
Estudios señalan que las siestas o Power Nap son poderosas porque:
aliviarán la somnolencia casi de inmediato
mejoran el estado de alerta durante varias horas después
mejoran los tiempos de reacción, el funcionamiento cognitivo, la memoria a corto plazo e incluso el estado de ánimo
Aunque tomar una siesta larga ayudará a sentirte más renovado, está comprobado que las siestas cortas son más poderosas y el tiempo ideal es de 20 minutos, ya que en este tiempo aún no se logra llegar a un estado más profundo, pero provee de descanso, además ayuda a no experimentar ningún sentimiento de lentitud o somnolencia, a diferencia de dormir más de este tiempo.
Si buscas nuevas alternativas para dormir mejor te recomendamos utilizar herramientas como las meditaciones guiadas, los sonidos relajantes antes de dormir y hacerse el hábito de no estar en contacto con televisión o redes sociales al menos 30 minutos antes de dormir.
redacción
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