¡Logro desbloqueado! ¡Lo compro!

ha!

Despertamos con el mensaje clásico en la ventanilla del auto: "lo compro"

Logro desbloqueado!!!

Quizás en otro momento ese mismo mensaje nos hubiera producido infinidad de malestar. La verdad es que a ambos nos dió risa. Tenemos el auto parado prácticamente desde hace 3 años... y muchas ganas de reactivarlo no tenemos.

A lo largo de los últimos años (antes de esos 3 mencionados) hemos ido cambiando mucho de nuestro quehacer diario. Utilizamos menos el auto y optamos por alternativas en el servicio público. Por muchas razones que no sólo incluyen la economía.

Los beneficios son muchos. Caminamos todo el tiempo (nos encanta), conocemos más la ciudad (y los lugares que tenemos la fortuna de visitar), nos permite andar sin prisas. Ahorramos muchí$imo y lo más importante: Cambiamos nuestro modo de pensar respecto al uso indiscriminado del auto. 

Y como con el auto, optamos también por cambios en otras áreas. Compramos local los insumos. Poco a poco hemos ido dejando atrás el asunto de "hacer el súper". Eso además nos permite beneficios adicionales. De primera mano podemos disfrutar el contacto directo con la gente que comercia las verduras, la carne, etc. Por lógica eso también conlleva un nuevo acercamiento a nuestros insumos. Podemos diferenciar (y saborear) nuestros alimentos lejos del tradicional producto mutante que ya se ofrece en muchos lados (especialmente los supermercados). Aquel producto que dura meses sin echarse a perder. De locos ver ahora, que por ejemplo, una manzana  no se descompone ¡en meses!

Evidentemente en todos lados se cuecen habas, pero el hecho de romper la cadena habitual de comida-super-microondas-etc es ya de por si una ganancia.

Podemos regresar a la comida en casa, preparada por nosotros, con ingredientes chidos y conseguidos a mejor precio. El refresco, los alimentos congelados y las frutas y verduras mutantes, ¡¡¡¿en qué momento el queso tipo fue opción en nuestras cocinas?!!!! Prácticamente están ya fuera de nuestra dieta. Tampoco estamos peleados con ellos sólo que ya no son preponderantes.

Es una delicia el reaprendizaje en los propios alimentos. Cocciones, porciones, sabores, texturas, combinaciones...uuuffff, el cielo es el límite en una cocina orgánica y más humana. Más amable.

Más nuestra.

Qué hayamos despertado con el: "lo compro" en la ventanilla de nuestro auto nos indica que vamos por un excelente camino.

=)