Sentimientos encontrados en nuestra visita a Los Pinos. Alegría, incredulidad (mucha), nerviosismo y evidentemente mucha emoción.
En lo personal esperaba la típica agresión de los militares al acercarte al lugar...
Tuvo que pasar un mes y medio para poder escribir algo al respecto.
Atravesar la reja que da acceso a lo que en otro momento fue la residencia presidencial en México era algo impensable para los ciudadanos de a pie en tiempos anteriores a la actual administración.
Casa Presidencial Lázro Cárdenas |
A lo más, en los años 70´s y 80´s aún se podía atravesar la calle que cruzaba los Pinos y que daba acceso a la 3a sección de Chapultepec, donde estaba La Feria. Pero al poco tiempo fue cerrada y el sólo acercamiento a esa zona provocaba una franca hostilidad en los militares que resguardaban ese paso.
La ojetez de los gobiernos priistas y después panistas (con su posterior mutación prianista) era más que evidente.
Al poder no se le toca, ni se le cuestiona. Mucho menos se le visita.
Jamás pensé poder entrar a Los Pinos. El ver que Los Pinos se convirtiera en un espacio cultural ya es la cereza del pastel.
Y con los nervios y la emoción a tope entramos en Los Pinos...Así que este es un relato trompicado diamadres, lo siento XD
Había que disociar un poco, o un mucho, dependiendo de la emoción y el enfoque que cada paso del recorrido te provocara.
Por un lado el espacio cultural en sí. Por otro, los míticos edificios (el material de todos y cada uno de ellos está en diferentes libros y relatos) tan llenos de historias y aberraciones. Y como hilo central ese cúmulo de emociones que no paraba de moverse en nuestro interior.
Pasamos alrededor de 4 horas visitando Los Pinos, entre edificios, concierto, salas de exhibición y la muestra gastronómica.
OJO. Evidentemente sólo son los espacios. No queda mucho del mobiliario del lugar. Pero es notorio lo que había en sus instalaciones. Cine incluído.
Me parece que será necesario acudir por segunda ocasión para disfrutarlo a otro ritmo y a otro sentimiento. Es abrumador estar ahí.
Es como un agujero negro emocional. Desde 1934 fue el lugar donde gran parte de la política nacional se había dictado. Y los últimos 60 años del país no fueron precisamente un lecho de rosas.
Rancho La Hormiga. Ahora Los Pinos |
No sé si la siguiente administración pública mantenga abierto y le dé continuidad al Complejo Cultural Los Pinos. Lo que sí sé es que agradezco enormemente la oportunidad de haber podido visitarlo.
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