La sonrisa de Don Chilo resplandece y se intensifica a medida que el recuerdo de la mina toma forma...
Sus palabras desgranan un pasado no tan lejano que de no ser narrado por el protagonista haría suponer que el trabajo era todo menos gusto. Sorprendentemente Don Chilo nos habla de un amor a la mina que perdura hasta la fecha.
Y a fuerza de desventura-diría Serrat, pulmón y pasión, Don Chilo y muchos más como él, entregaron cuerpo y vida para construir Real de Asientos.
Según documentos fechados, Asientos fue fundado en 1548 por los señores Francisco y Diego de Ibarra. Pero la infaltable sed y tenacidad de los gambusinos por los metales preciosos fueron dando pie a congregaciones que al paso del tiempo permitirían dar origen a la primera mina del lugar ubicada en las faldas del Cerro Altamira.
La minería empieza como tal en 1647 y su actividad permite el desarrollo de Asientos de tal manera que en ese momento su población era mayor a la actual en Aguascalientes capital. El desarrollo agrícola necesario para el sostenimiento de la región dio paso al florecimiento de diferentes sectores en la región. Llegado el momento y en esas variaciones de mercado la mina deja de ser productiva y es vendida:
En un informe de la época se lee: “El Real de Asientos ubicado al noreste; con 8 europeos, 1032 españoles, 101 indios y 508 cascas, ocupados en el laboreo de minas ya decaídas, viéndose los beneficios en la necesidad de venderlas en San Luis Potosí, Zacatecas y en la Sierra de Pinos, por cuyo motivo se desconoce el consumo de azogue y el rendimiento de las minas”.
Pero el derrotero de Asientos ya estaba escrito y el reinicio de la actividad minera se retoma en 1892 de la mano de Don Rafael de Sagredo. La compañía "Unión Restauradora" es la primera que de manera oficial opera en Real de Asientos, pero no sería ni la única ni la última. Hoy en día las mineras siguen teniendo un papel importante en la zona. Para bien o para mal.
Y así la historia de Real de Asientos...
Mina Santa Francisca |
Para cuando Don Chilo se incorpora a ella ya habían pasado por el lugar la fiebre de los gambusinos, la furia de las fundiciones y el auge de las grandes Haciendas. De ellas nos quedan aún recuerdos y un par de edificaciones:
Hacienda de Asientos. De la antigua riqueza de Asientos, permanecen en el pueblo algunos vestigios: Viejas casonas coloniales con gastadas fachadas de Nuestra Señora de Belén
Santuario de Guadalupe con amplios atrios y vetustas arcadas. Templos como la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, que guardan entre sus muros artísticas pinturas de la época colonial.
Túneles debajo de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén |
Subsiste también un antiguo cementerio con criptas y osario, además de un singular corredor con lápidas dedicadas a los Sacerdotes que fueron sepultados en este lugar, con pinturas y versos dedicados al misterio de la Muerte.
La Hacienda Ciénega Grande se localiza a 51 kilómetros al noreste de la ciudad de Aguascalientes, justo antes de llegar a la carretera a Asientos; aparece a partir de un Presidio del Siglo XVI que brindaba protección a viajeros en el camino.
Panteón de Guadalupe |
Cercanos a Asientos están el templo y el conjunto conventual del Tepozán, posiblemente del Siglo XVIII; y de Padres Franciscanos, destacando por su enigmática y misteriosa construcción a base de desniveles, estrechos pasillos, angostas puertas y reducidas celdas, aunada a su torre de cantera color ocre y una pequeña arcada ojival.
Hacienda El Tepozán. Ubicada a dos kilómetros de Asientos, rumbo a Tepezalá, originada como una ermita primitiva, seguida de una capilla, para entonces ya se había fundado el Real de Asientos de Ibarra. El nombre de la Hacienda proviene del árbol llamado “tepozin” que crece en esa región minera.
Hacienda Pilotos, data de 1845 con terrenos de la hacienda de Agostadero.
Entrada al Acueducto escondido... |
Don Chilo recuerda esos días donde la diversión era intentar entrar a trabajar en la mina para saber cuál era ese mundo debajo del mundo. Y a los 13 años empieza esa aventura que le dejó toda la satisfacción del mundo.
Mina El Hundido |
La sonrisa de Don Chilo es sincera y generosa, detrás de ella pervive aquél infante que a temprana edad entró al subsuelo para conocer el mundo. Parecería mentira pero Don Chilo aún anhela regresar a la mina.
En fechas recientes solicitó su reingreso a ella...
Me queda claro que Don Chilo y la gente de Real de Asientos tienen claro ese amor profundo a la tierra que caracteriza tan bien a la gente de Aguascalientes.
Con información del Gobierno del Estado
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