Dominio Fournier, una finca pequeña de Ribera del Duero, conquista México con 2 de los mejores tempranillos del mundo
Casa Pedro Domecq, una de las empresas vitivinícolas con más tradición y presencia en México, fortalece su portafolio de vinos de alta gama presentando en nuestro país Dominio Fournier, la reconocida bodega ubicada en la Milla Escondida de Ribera del Duero.
Dominio Fournier se ha caracterizado por cuidar hasta el más mínimo detalle en la creación de sus vinos, su elaboración artesanal, una producción limitada y la autenticidad de las cosas hechas con el corazón. Sus tintos, poseedores de un carácter inconfundible, que expresan todos los matices del terroir y de su variedad autóctona, la Tinta del país, han convertido la región en una de las más prestigiosas del mundo y tal vez la predilecta de los amantes del buen vino que buscan experiencias más complejas.
Bodegas Dominio Fournier se sitúa en un lugar escondido y privilegiado a orillas del río Duero desde 1960, antes de que existiera la Denominación de Origen, no solo dentro de los límites del Consejo Regulador, sino en la misma ribera.
La finca se divide en 22 parcelas. La edad promedia de esas parcelas es de más de 30 años, llegando a veces a 70 años. Lo que hace que Dominio Fournier tenga viñedos más antiguos que el promedio de ribera del duero. Esas 22 parcelas permiten vendimiar, elaborar y envejecer por separado, resaltando las cualidades específicas de las uvas según su potencial y su destino. Los vinos son elaborados con minuciosidad, dedicación y amor por los detalles.
Por otro lado, los viñedos de Dominio Fournier se abren camino a través de una capa superficial de canto rodado (cascajo). Se trata de suelos pobres y con una gran capacidad de drenaje, lo que delimita el vigor excesivo en las cepas y les permite obtener uvas concentradas de gran calidad.
La altura de los viñedos, ubicados a 820 metros sobre el nivel del mar, bajo la influencia de un clima mediterráneo de carácter continental con cambios bruscos de temperatura entre estaciones y una pluviometría que oscila entre los 400 y los 600 mm anuales, marca una viticultura de rendimientos cortos y uvas de intensa color y estructura, ideales para crianzas prolongadas.
Previo a la fermentación alcohólica, los mejores lotes descansan durante 5 días en una maceración con nieve carbónica, un innovador proceso que les permite extraer de forma selectiva los taninos más dulces y aromáticos obteniendo vinos con mayor color, cuerpo, complejidad y capacidad de crianza.
Dominio Fournier Crianza 2016
La vendimia 2016 ha sido una de las añadas más largas en la D.O. Ribera del Duero. Todos los vinos que forman parte de este coupage pasaron al menos 12 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), en el que los aromas terciarios de la madera empiezan a destacar aportando complejidad a la fruta de la tinta fina.
Dominio Fournier Crianza es un vino de gran intensidad y frescura en nariz, aparecen notas de madera como la vainilla y la bollería, que se mezclan con recuerdos varietales, como la fruta negra y el regaliz. En boca resulta fresco, untuoso y elegante, con un recuerdo muy agradable y una alta persistencia. Es un vino armonioso y equilibrado. Perfecto para maridar con quesos fuertes y carnes.
Dominio Fournier Reserva 2014
En el Reserva, la crianza en barrica fue de al menos 18 meses en barricas 100% roble francés.
En nariz es un vino complejo, potente, con aromas a fruta negra madura, especiados, ligero grafito, ahumados y notas de sotobosque que se mezclan con los aromas del roble. En boca es un vino amplio, aterciopelado, envolvente y con una fuerte persistencia.
Tanto el Crianza como el Reserva son vinos atípicos de Ribera del Duero, con un estilo moderno. Este amor al detalle se ve desde la etiqueta hasta la permanencia en boca.
redacción
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