Cercanas entre sí, estas cuatro pintorescas localidades se hermanan compartiendo fascinantes paisajes a lo largo de un bellísimo manantial, palmares, frondosos árboles y la hospitalidad que los caracteriza, mismos que se localizan a unos kilómetros de Ciudad Constitución.
La Purísima y San Isidro son poblaciones rodeadas de cerros de baja altura y erosionados por el tiempo, en su relieve sobresale la figura simbólica del Cerro El Pilón, que no pocas veces ha sido motivo de discordia por estar ubicado en zonas limítrofes. Con una altura de 400 metros, los cuales representan un reto para los conquistadores de las alturas, la figura abstracta de El Pilón significó para los padres jesuitas del siglo XVIII la imagen de la Virgen María, lo que interpretaron como un mensaje divino que les indicaba establecer la misión en este lugar.
Ganaderos por naturaleza, su actividad la complementan con la producción de conservas de frutas, ricos quesos y la elaboración de artículos de piel como polainas, reatas y calzado. Otro gran motivo para visitar estos lugares son las extensas posibilidades para el solaz y esparcimiento en medio de arroyos, pozas y exuberante vegetación.
Por otro lado los interesantes y antiguos poblados de San Miguel y San José de Comondú son los secretos mejor guardados de Baja California Sur ideales para el visitante con interés científico, histórico-cultural y para los ecoturista. El visitante puede encontrar lo siguiente:
1. La misión de San José de Comondú.
2. Casas antiguas en ambos poblados consideradas monumentos históricos naturales.
3. La frescura de sus aguas en las huertas con sus ojos de aguas y el balneario de San Miguel de Comondú, donde se puede disfrutar de la sombra de las palmeras y palapas.
4. Pinturas rupestres.
5. Gran diversidad de flora y fauna.
6.Hermosas artesanías elaboradas por sus habitantes como canastas, bolsas, sombreros a base de palma de dátil oleada; impresionantes figuras realizadas con piedra y madera de la región utilizando instrumentos rústicos y la maravillosa creatividad de sus fabricantes.
7. Vendedores de huertas, donde se cosechan ricas frutas como ciruela, mango, dátil, higo, aguacate que el turista podrá saborear su exquisito y único sabor.
8. La amabilidad y hospitalidad de sus habitantes.
9. Maravillosos escenarios de Oasis en medio del desierto.
Durante mucho tiempo los pueblos de Comondú fueron prósperos y casi autosuficientes, sus huertas producían toda clase de frutos, legumbres y hortalizas. Los viejos trapiches se desperezaban durante la época de la molienda cada año, y elaboraban diversos productos derivados de la caña se fabricaban excelente vino en alambiques caseros así como aceite de oliva.
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