Valle de Bravo...
De repente, a medio camino entre el lugar de llegada y el lugar de visita, mis ojos se toparon con 3 niños que felizmente jugaban algo que en las grandes ciudades ya es imposible de ver. Un par de monedas y una pared que servía de mediador.
Rayuela a la mexicana.
Esta variante incorporaba la pared como elemento extra en la triangulación de ver quién llegaba más cerca de la línea designada para ganar.
La Rayuela duró escasos minutos. Monedas cambiaron de lugar y la atención de uno de los niños se centró en una araña....
Oh sí, una araña.
Yo no puedo acercarme a esos bichos ni con un traje antibalas. El niño que jugaba con la araña no sólo jugaba con ella...la paseaba, la tomaba entre sus manos y alegremente le sonreía... pero el juego también involucraba quitarle las patitas...y las patitas de la araña junto con el gusto del niño por ella pasaron a mejor vida. Me regaló una foto con la araña entre sus manos y después le quito el resto de sus patitas... ¿habrá durado mucho la vida del animalillo después de quedarse sin sus extremidades?
El trío de niños siguieron jugando...
Al despedirme de ellos sólo alcancé a oír un grito...
-¡deje una moneda por la foto!
Y sus risas....
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