En el rocío de la noche nos habíamos levantado de la palapa y partimos a nuestra habitación...el amanecer en la Bahía Tangolunda era celestial...
Amanecer desde Las Brisas |
En esa sensación de ensueño bajamos a desayunar. Restaurante Bellavista de nueva cuenta y nuestro estómago quedó en su punto exacto para iniciar nuestro segundo día en Las Brisas. Nuestro plan era aprovechar las opciones en el hotel y hacer un poco de buceo, snorkel o un poco de paddleboard por la mañana.
Pero la naturaleza tiene sus propios planes y hay que respetarlos.
Nos acercamos a la zona de actividades acuáticas con los instructores y personas a cargo de la experiencia en la bahía. Magnífica atención y no sólo eso. El mar se encontraba un poco picado y las condiciones para las actividades deportivas no eran las óptimas. Con lujo de detalles recibimos toda la información derivada de la situación. La seguridad de los turistas es primordial para Brisas. Otro día trataríamos de encontrar a Nemo...
Pero la playa estaba a nuestra completa disposición. Así que parada rápida en el bar, trago en mano y a enterrarse en la arena. Nuestra editora nos tiró de a locos y ella si se metió en el mar. Nosotros (yo, cómo niño de pecho, jolines!) en la seguridad de la arena del mar y jugando a los castillitos ha!
¿No actividad marítima? ¡No problem! ¡Bar de playa y albercas! Y lo mejor de todo es que teníamos una cámara que nos permitía la grabación de fotos y video bajo el agua (¡¡Gracias Fuji!!!).
La cámara ya había visto acción el día anterior (en mar y alberca) pero sólo a modo de prueba. Su test real sería el segundo día en Brisas. Y vaya que se comportó la altura. Gratamente sorprendidos por las capacidades de la cámara nos dispusimos a disfrutar la experiencia completa. Mil fotos y mil videos en las albercas del hotel. Obvio, sólo subiremos las fotos donde no se ve el ¡lamentable aspecto de nuestro reportero!
Para ello, teníamos dos piscinas en mente, la de adultos (por la profundidad) y la que se encuentra enfrente de la recepción del hotel...bueno, enfrente no, o casi. En la parte baja del lobby justo enfrente del bar. Juramos que esta celestial combinación no fue a propósito. ¡Sólo se dió! y quienes éramos nosotros para negarnos a semejante belleza. ^^
Parte de la extensa Zona deportiva de Las Brisas |
Jardín Botánico |
¡Al agua patos!
La Fuji salió a la de sinsusto. Y cómo no había más motivo para dudar, la aventamos directo al agua. Sí moría la cámara le cantaríamos las golondrinas y le haríamos un pastel de despedida. Pero si sobrevivía le haríamos un monumento y la cuidaríamos como si fuera nuestro hijo.
Cámara al agua y a empezar a tontear con ella. Después de dos tomas la cámara se comportaba de maravilla. Más fotos, más zambullidas y más competencias en la piscina de Brisas donde el reportero siempre perdía (con semejante panza, milagrosamente flotaba, pero no ganaba). Y belleza de momento que se prolongó por horas. El servicio del bar a la altura de dos personas que, como enanos, esperaban el momento que les salieran branquias XDD
Tenemos una explicación para esta foto...en algún lugar... |
Escogimos para viajar a Huatulco entre semana. De esta manera podemos relajarnos a mil. El personal de los diferentes lugares que se visiten siempre son más atentos y amables. Sin la sobrecarga de los fines de semana o temporada alta, la atención en esos días es realmente única. Las Brisas Huatulco no faltó a la premisa, al contrario. Atención impecable y oportuna. De inicio a fin.
Cuando nos percatamos que nuestro tiempo en el mar y en la piscina no nos garantizaba el desarrollo de branquias decidimos hacer lo que todos los mortales que se encuentran en la misma situación...sip. Comer...comer ya que por la tarde nos esperaba (cortesía de Las Brisas) un paseo al pueblo de Huatulco.
Paseo que les platicaremos en la siguiente entrega de esta serie #visitandoLasBrisasHuatulco, ese día, teníamos que comer...y aún guardamos parte de la comida de ese día porque la ocuparemos mientras escribimos el siguiente relato, donde cerrarémos la crónica de nuestra maravillosa estancia en Las Brisas Huatulco.
La cámara Fuji sobrevivió, no la hicimos parte de la familia porque aún no es legal en México adoptar aparatos electrónicos y darles apellido.
No nos arrepentimos de nada, lo volveríamos a hacer.
Las Brisas Huatulco ftw!!!
Agradecimientos especiales a Aeroméxico y FujiFilm por todas las atenciones prestadas.
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