Desde 1931, la compañía suiza JURA, ha desarrollado la tecnología en cafeteras súper automáticas, cosechando premios internacionales por sus diseños y por hacer de todo usuario, un barista experto.
Con sólo oprimir un botón se logra elaborar la taza de café perfecta.
Hoy, la compañía dedica su experiencia y tecnología al desarrollo de cafeteras para el hogar, de uso semi-profesional para oficina, hoteles y servicios de catering, revolucionando y estableciendo estándares de innovación en el sector Premium del mercado.
“La cultura del café JURA es para personas con estilo, pues son una herramienta imprescindible para los amantes del café y del buen diseño. Además, calificada por la revista Forbes como el – “Rolex de las cafeteras”; las cafeteras alcanzan la estatura de una joya, en tecnología, operación y elaboración de una taza de café”, comentó David Babani, director de Grupo Babani.
JURA, puede ser descrita como: sencilla, rápida y elegante; pues cuenta con la tecnología perfecta para moler los granos frescos al doble de rápido que la competencia y grano por grano evitando el calentamiento y pérdida de aroma, resaltando las cualidades del café; por lo tanto, una extracción perfecta, una mayor intensidad en sabor, textura y aroma. Sin duda, el café saldrá exactamente como se desea. Además, se pueden preparar más de 27 distintas recetas de café en tan sólo 25 segundos, simplemente pulsando un botón y sin necesidad de mover la taza.
El valor de una cafetera doméstica ronda entre 25 mil y 60 mil pesos; la industrial entre los 40 mil y 100 mil pesos. Pero a corto plazo es una excelente inversión, pues las cafeteras están diseñadas para ofrecer muchos años de placer, y cuentan con distintas tecnologías innovadoras y modos de ahorro de energía. Aunado a ello, el costo de una taza de café espresso es de $ 2.52 pesos, mucho menor que el de una taza realizada con cápsula. Tomar un café JURA, será toda una experiencia sensorial, por lo que al incorporarla a nuestro estilo de vida, rápidamente se verá amortizada la inversión.
“Dicen los italianos que hacer un espresso equivale a una obra de arte, y para eso se necesitan las cuatro ”M”: mezcla, no hay buena taza sin un buen café; molido, si no se regula bien, se puede echar a perder; máquina, que sea congruente con la calidad del grano, y la mano del barista, que los suizos cambiaron por un dedo”, concluye el Dr. Babani.
redacción
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